Proyecto 1: Programa y Lugar
Para corregir, cada uno ha de entregar lo siguiente:
1 Lámina DIN A-0
1 Modelo(s) - / mínimo
Técnica libre, tanto la lámina como el (los) modelo(s).
Para el trabajo de la lámina se podrá utilizar todo tipo de técnicas de representación: 3D, collages, fotomontajes, croquis ambientados, planos, esquemas, etc., como también todo tipo de factura material para el (los) modelo(s): papel, cartón, carbón, arena, yeso, greda, piedra, madera, alambre, vidrio, resina, polímeros, poliestireno expandido, polietileno, etc.*
* Se ha de hacer uso de esta libertad en una suerte de coherencia interna del proyecto, entre lo que se quiere mostrar y lo que se muestra – Primer Encargo Taller del Contexto**. Las cualidades propias que cada material trae consigo tiene su propia ley, posibilidad y belleza. Esta coherencia, es decir de cómo cada uno es capaz de descubrir el por qué de cada material elegido o de un camino de aproximación al proyecto por sobre otro, es comenzar a tener dominio sobre el sentido de cómo construimos.
**Llevar bitácora encargada por el Taller del Contexto con dibujos y anotaciones diversas propias del encargo.
Dado el tiempo disponible para este primer ejercicio corto, el cual se habrá de entregar antes del Workshop a Asunción, Paraguay, el estado de avance para cada sesión será fundamental. Las condiciones y bases de la entrega final las daremos el lunes.
CUIDADOS:
Más que a un cuidado particular, el cual será tan innumerable y profundo según alcance la libertad y sensibilidad de cada uno, hemos de quedar todos referidos a una condición común: la que en cuanto arquitectos hemos de ser capaces de construir a partir de tales cuidados. Lo primero es ir a su encuentro. Debemos de hacer mil cosas a diario, mil cosas de distinto orden, y en este diario vivir se nos va la vida. A diario pasamos por alto las mil de estas cosas por la falta de tiempo. En estas condiciones excepcionales que nos reúnen hoy nos damos cuenta de aquello. Este primer encargo es una invitación a reconocer la excepción de este lugar a partir de los órdenes que residen en las trayectorias de los vuelos de los pájaros y en la rompiente de las olas. Hemos de pensar de qué manera aquello que permite a esto innombrable y excepcional existir, perviva y a la vez, tenga posibilidad de dar lugar... hemos de ser arquitectos.
Cada vez que recorremos el borde costero, entre Concón y Viña del Mar, nos sentimos paseando, un paseo que involucra los sentidos y la levedad del paisaje que engrandece el espíritu. ¿Y esto porque ocurre? Dentro de la continuidad del paseo, existen momentos que nos quedan en la memoria, como en una tarde de domingo cuando niños apoyando las mejillas en la ventana del auto vimos como se encontraba el mar oscurecido con el cielo anaranjado y violáceo del atardecer. Hay pinos formados por el viento marino, esos que nos recuerdan a otras costas, costas lejanas en el Mediterráneo, también existen las pequeñas playas de arena o de piedras que son como un secreto y que si no caminamos mirando con atención hacia el borde jamás las veríamos. Y existe la Roca Oceánica, esa que nos transporta directamente a la inmensidad y el desconocido, es una proa de la ciudad, un muelle natural que resuena con toda la furia de la inmensidad, y desde la cual llegar hasta el Horizonte es un paso ganado, como un balcón es un paso ganado a una ventana, entonces ese horizonte que nos estira desde la lejanía es un tesoro a cuidar. Cada vez que estemos en la Roca Oceánica tendremos un único, preciado y efímero Horizonte que se va con cada respiro.
Cuidado con el tiempo contemplativo, el pulso actual de la ciudad determina que las personas sean avaras con el tiempo, el tiempo aparece como un bien a atesorar y no como un regalo a gastar. En éste lugar que propone lo segundo como potencia, pero la ciudad lo toca sin medida y las personas en fin de semana llegan en grupos se fotografían y se van rápidamente y por el contrario hay otros que en parejas se olvidan de todo mirando hacia al mar, cuidar los tiempos de unos y de otros, cuidar el número, una doble posibilidad, dos tiempos y dos cantidades. Los unos y los otros en su propio tiempo contemplativo.
La Roca Oceánica es un accidente natural notable y con enorme distinción en el paseo del borde costero. Nos conmueve su gran tamaño. Su promominencia nos introduce al oceáno en un sin número de formas esculpidas por el viento y las rompientes del agua. De allí surgen micro y macro distancias que nos distraen e invitan a un acto contemplativo. Las formas inmóviles de su carácter petreo conviven con las formas dimámicas del mar, dotando al lugar de un mágico espectáculo en que se encuentra la fuerza de la masa rocosa y la etérea dispersión de los corpusculos de agua. El canto de la materia alza su voz entre los brillos de luces y movimientos inesperados y cambiantes en que resuenan en las olas. La invitación a los arquitectos es a inmiscuirse en la naturaleza de las formas concretas con la inteligencia de sus abstracciones. Para ello hay que desarrollar un cuidado especial, de modo que su arquitectura se interponga delicada e inteligente entre la concretitud de materia natural y el elogio sus particularidades.
Hora: 16:00 hrs.
Lugar: Casa Taller Atkinson.
Se les solicita a todos puntualidad.